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Violencia de Género y Obras sociales:

El caso de Mariela Díaz, la mujer que empezó todo

Mariela Díaz se enteró ,en septiembre del año pasado,  de un derecho que le correspondía y que para enero le sería revocado. Ahí en ese instante, entendió que empezaba un largo camino. Un poco de incertidumbre invadía su cuerpo, pero también estaba llena de valentía por fuera, y la mezcla de estas dos sensaciones hizo que comience una nueva lucha para ella, y las demás mujeres.

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Como muchos saben- aunque parece que otros no- los preservativos son el único método para prevenir las enfermedades de transmisión sexual, y Mariela cuando los pidió a su prepaga, se los rechazaron sin importarle su situación. Reiteradas veces se negaron a su insistente pedido pero eso no la detuvo para poder cumplir sus objetivos. En lugar de rendirse, reunió más ánimo para lograr su misión. Qué mejor que buscar una compañera que la apoye en los momentos donde su voz no tenía poder suficiente, y así fue se unió con una cordobesa llamada Victoria Piazza, con la que compartían el mismo reclamo, además, un mismo sentimiento de que se haga justicia.

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Al principio los reclamos fueron de forma pacífica en la Superintendencia de Salud para poder encontrar una solución que las dejara completamente conformes. Pero al ser ignoradas debieron tomar un camino distinto.No les quedó más remedio que acudir a los medios de comunicación y de esta forma,   intentar lograr que bajo presión las prepagas se vieran obligadas a cumplir con la Ley 25.673 de Salud sexual y procreación responsable, que establece que la entrega de profilácticos no tiene género ni mucho menos exclusión social.

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Si se busca entender el por qué del caso de Mariela Díaz y su comienzo por la justicia de muchas mujeres que luego pasarían por lo mismo, hay que situarse en la predisposición del ginecólogo y obstetra Juan Manuel Serini. El médico mediante Instagram dio a conocer esta ley de la que no se hablaba habitualmente, e incitó a las mujeres a que deben hacer que se cumpla la ley y que no se dejen someter por ninguna prepaga. La ley es para todos y, prepagas como Medicus y SancorSalud, no están tan de acuerdo.

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¿Por qué si Mariela tenía la receta y papeles que se necesitan, le negarían darle el derecho que le corresponde?.Al dirigirse a la prepaga una de las tantas veces y pedir que le entreguen los preservativos, recibió una respuesta que jamás olvidaría:  “Si tu novio tiene tu misma prepaga, que venga el a retirarlo, ya que sólo se lo dan a hombres”,dando por hecho que Mariela tiene pareja y encima, que le gustan los hombres.

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En este punto, es necesario aclarar que le ocurrió a Mariela como a tantas otras es un acto de discriminación. En el que las obras sociales están atentando contra la decisión de una persona. La ley 23.592 establece que se considerarán actos discriminatorios a aquellos arbitrariamente impidan, obstruyan , restrinjan  o menoscaben el pleno ejercicio sobre bases igualitarias de los derechos y garantías fundamentales reconocidos en la Constitución Nacional  “Particularmente los actos u omisiones discriminatorios determinados por motivos tales como raza, religión, nacionalidad, ideología, opinión política o gremial, sexo, posición económica, condición social o caracteres físicos.”

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Tanto ante la ley como en un acto sexual los participantes son iguales. Es decir, el encuentro sexual debe ser uno consensuado en el que ningún sujeto sea más que otro. Por lo que ninguna persona sea de cualquier tipo de  identidad de género, sexo, raza o religión debería ser excluido de su derecho a cuidarse responsablemente.

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Mariela no sólo tuvo que enfrentar el descontento de la situación y el ser completamente invisible ante la organización, sino que también tuvo que lidiar con el personal de la prepaga que ya conocían su historia y le contestaban de las peores maneras. La formoseña recibió un trato del personal que no era el que merecía ,ya sea de forma presencial o por llamada telefónica, le demostraron indiferencia constantemente. Un personal incompetente tampoco conocía las leyes que debía aplicar y se jactaba de ello para negarle su derecho.

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Pese a la repercusión del caso, ninguna fue respaldada por una ONG o institución que haga valer sus derechos, sólo reciben el apoyo de sus familiares y amigos. Mariela no sólo es una mujer que busca conseguir unos preservativos gratis, y si se los dieran a ella sola aún no estaría conforme; lo que busca y lo dejó en claro a todos los medios es una igualdad de condiciones donde si los hombres pueden acceder a este beneficio, ellas también.

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Entonces queremos dejar en claro que,el caso de Mariela, sin duda alguna es un acto de discriminación que se aplica sin reparo en función de la violencia sistemática hacia la mujer . La ley 26.485 define la violencia contra las mujeres como: "toda conducta, acción u omisión que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, así como también su seguridad personal". Esta definición alcanza a aquellas conductas o acciones "perpetradas desde el Estado o por sus agentes".

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La violencia cometida en este caso como en tantos otros es sistemática y lamentablemente no recibe la repercusión que merece.Según la ley nacional de protección integral de la mujer, se la denomina violencia contra la reproducción sexual: “aquella que vulnera el derecho de las mujeres a decidir  libre y responsablemente sobre su reproducción”. 

También otro tipo de violencia que encontramos es obstétrica: “aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de la medicalización y patologización de los procesos naturales”. Esto implica que ,entonces,  se este violando un derecho fundamental de una persona en el marco de la salud: el derecho del paciente a la autonomía de voluntad.

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Según datos de la página oficial de la CONSAVIG (Comisión Nacional Coordinadora de Acciones para la elaboración de Sanciones de la Violencia de Género) en el año 2017 recibieron 89 denuncias por casos de violencia obstétrica en el ámbito de todo el territorio nacional.El 82% de la mujeres que participaron declararon haber tenido un trato deshumanizado, el 44% que el personal de salud no tenía toda la información suficiente y  el 34%  que no se respetó la decisión de la mujer.

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En este sentido Sol González, empleada de la legislatura porteña comentó: “Tenemos que poseer la capacidad de decidir con qué método ejercer nuestra libertad sobre la decisión de gestar o no. No poder decidir es parte de la opresión institucional que seguimos soportando”

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Por su parte, La doctora Vilma Rosciszewski, ginecóloga de adolescentes explicó que en ningún lado se dice que es preservativo es sólo para un género por lo cual todas las obras sociales, así como son garantizados por el sistema público, deberían darle preservativos tanto a hombres como mujeres y eso es indistinto.

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La doctora también hace referencia al tabú en que las mujeres son criadas pensando que el preservativo sólo debe corresponder para el hombre,  por lo tanto,  él debe ser el que lo compre y lo lleve en la billetera o incluso, el encargado de ponérselo. Esto es algo que actualmente se está buscando cambiar para que finalmente  las mujeres puedan animarse  a decir “Ponete el preservativo”, sin miedo alguno.

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En la televisión mostraban las publicidades que eran dirigidas hacia el varón, y así fue como las mujeres inconscientemente creían que había un lugar que sólo le pertenecía al sexo masculino, y que ellas no podrían involucrarse. Un mundo aparte donde sólo ellos entendían y hablaban del tema, y las mujeres debían encargarse de maquillarse o vestirse lindas.

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Por eso esta práctica se da en relación a la discriminación de género más que  a una lucha de intereses económicos. Partiendo de la base que se cree que la relación sexual se da por imposición de uno solo, en este caso el hombre, y no de un acuerdo entre dos personas. “Más allá del interés socio-económico. El problema remite a la epistemología de los problemas de género; el pensar que la reproducción, el placer y la decisión está en cabeza del hombre y que la mujer acata” ,Delfina Giso abogada especialista en perspectiva de género.

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“La diferencia entre preservativo y otro tipo de anticoncepción es muchísima, siempre sabemos que los métodos anticonceptivos hormonales no evitan las infecciones de transmisión sexual, lo único que las evita es el preservativo”, explicó la doctora.

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Por su parte, el Doctor Juan Serini, ginecólogo y obstetra  fue el encargado de asesorar a decenas de mujeres para que se pudieran animarse a denunciar, y en especial a Mariela. Serini comenzó a recibir muchos mensajes de chicas que no estaban informadas en el tema a raíz de un posteo en Instagram que se viralizó rápidamente. 

 

“Se contactaron conmigo, las asesores sobre la ley, y se contactaron con un medio gráfico de la zona de córdoba. Esta nota fue tomada por el diario la voz, me llamó el periodista para  charlar. Al día siguiente esta nota fue tomada por el diario infobae y apartir de ahi salio a todos los medios. Gracias a esto la ley tomó más conocimiento en la gente”, exclamó.

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Su opinión profesional sobre el preservativo, es que se conoce como el único que previene las infecciones de transmisión sexual, y muchos pacientes que utilizan métodos como parche, anillo o diu, creen que no es necesario usar el preservativo en sus relaciones ocasionales. Como consecuencia, se genera  una alta tasa de infección por transmisión sexual. “La de HIV es alarmante y la de sífilis aún más”.

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“Les recomiendo que insistan, que hagan la denuncia en la superintendencia de salud porque es un derecho que está avalado en la ley 25.673 y es un derecho que no solo la mujer está eligiendo no quedar embarazada, sino que también se protege de las enfermedades de transmisión sexual”, concluyó el Doctor Serini.

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El caso de Mariela Díaz fue el primer paso para desembocar una problemática de la que mucho no se hablaba. En este sentido, la desinformación intencional o no tiene un rol fundamental. Negar un derecho que corresponde por una cuestión de género, refleja las problemáticas y desigualdades que atraviesan las mujeres todos los días.

“Yo no deseo que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre ellas mismas”, Mary Wollstonecraft filósofa y escritora.

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